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Mostrando las entradas de febrero, 2023

Demóstenes.

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  Desde niño, Demóstenes soñaba con ser un gran orador. Un sueño casi imposible, ya que no tenía buena voz, era tímido y, lo peor, era tartamudo. Siempre asistía a los discursos de los grandes filósofos, incluyendo al gran Platón. Era tal su deseo y pasión por la oratoria que preparó con entusiasmo su primer discurso. La presentación fue un desastre total. Inmediatamente fue interrumpido con gritos de protesta. - ¡Habla más alto! - ¿Para que nos repites lo mismo? - ¡Pon aire en tus pulmones! No puedes ni apagar una vela. Ante las burlas, humillaciones, agresiones y carcajadas, Demóstenes se retiró sin tener oportunidad de terminar su discurso. Cualquier persona se hubiera frustrado y hubiera renunciado a su sueño. Sin embargo, Demóstenes sabía que la voluntad, tenacidad, paciencia y disciplina aseguran el éxito. En primer lugar, se afeitó la cabeza para no salir a la calle, en esa época esto era mal visto. Practicaba todo el día hasta el amanecer. Corría diariamente hasta la playa pa

Gracias, 34 años.

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  ¡Gracias, gracias, gracias! Cuando llega alguien a LA PALABRA y nos dice que su papá o su abuela le recomendó mucho tomar nuestro curso, nos "cae el veinte" que ya son tres generaciones las que han pasado por aquí. A las miles de personas y empresas que por 34 años nos han brindado su confianza... ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! Aquí seguimos con la misma ilusión, entusiasmo y amor del primer día. Nuestro objetivo ha sido y será siempre ofrecerte lo mejor de lo mejor y para ello nos esforzamos todos los días. ¡Este 2023, vamos con todo! Muchas gracias a todos ustedes: https://www.lapalabra.com.mx/php/clientes.php Desde 1989, Curso La Palabra El Arte de Hablar en Público Excelencia en Comunicación

Víctimas profesionales.

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  Víctimas profesionales. Alguna vez alguien dijo que las personas que se quejan y no hacen nada para remediar sus problemas, pierden el derecho a estarse quejando. - No me fue bien en la entrevista de trabajo. - No conseguí esa cita tan importante. - No pude entusiasmar a nadie con mi proyecto. - No logré que el cliente acabara de escuchar mi propuesta. - No pude expresar mis sentimientos. - No abrí la boca en toda la reunión. - No me atreví a invitar un café a esa persona que me gusta. - No convencí, no opiné, no alcé la voz, no capté la atención.... Cuántas personas cuando se comunican terminan con una sensación de frustración. A veces culpamos a los demás, a nuestra timidez, a nuestros padres, al maestro, al jefe que nos dijo que la presentación no fue buena, al trauma de cuando se me olvidó la recitación de la bandera en primaria, etc., etc. Pocas personas deciden ya no seguir culpando al universo, toman "al toro por los cuernos" y se deciden de una vez por todas a prep

Los miedos.

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  Los miedos... “Hay dos tipos de miedos: racionales e irracionales o en términos más simples, los miedos que tienen sentido y los que no.” Lemony Snicket Detente un momento y piensa en la gran diferencia entre los miedos racionales y los irracionales. Por ejemplo, si te da miedo hablar en público o ser el foco de atención, realmente no es un miedo racional, sino irracional. A estos miedos irracionales también los llamamos "miedos aprendidos" porque no son naturales y los aprendimos en algún momento de nuestra vida. Por otro lado, un miedo racional es sano y natural porque involucra el instinto de conservación. Por ejemplo, si veo que un animal salvaje viene a atacarme, es normal que sienta miedo. Esto es bueno porque va a generar una carga de adrenalina que me va a hacer correr mucho más rápido de lo normal. Mi coche se incendia y adentro se encuentra un familiar, mi fuerza se va a potenciar y probablemente voy a poder abrir una puerta atascada. Sin embargo, hablar en pú