Los miedos.


 Los miedos...

“Hay dos tipos de miedos: racionales e irracionales o en términos más simples, los miedos que tienen sentido y los que no.”
Lemony Snicket
Detente un momento y piensa en la gran diferencia entre los miedos racionales y los irracionales.
Por ejemplo, si te da miedo hablar en público o ser el foco de atención, realmente no es un miedo racional, sino irracional. A estos miedos irracionales también los llamamos "miedos aprendidos" porque no son naturales y los aprendimos en algún momento de nuestra vida.
Por otro lado, un miedo racional es sano y natural porque involucra el instinto de conservación.
Por ejemplo, si veo que un animal salvaje viene a atacarme, es normal que sienta miedo. Esto es bueno porque va a generar una carga de adrenalina que me va a hacer correr mucho más rápido de lo normal. Mi coche se incendia y adentro se encuentra un familiar, mi fuerza se va a potenciar y probablemente voy a poder abrir una puerta atascada.
Sin embargo, hablar en público es algo cotidiano que hacemos desde niños. Público es una o varias personas. Este es un miedo sin una razón natural y lo aprendimos en algún momento debido a varios factores tales como una mala experiencia, pensamientos exageradamente negativos y catastróficos, unos padres sobreprotectores, una crítica negativa, la poca tolerancia a la crítica, la obsesión por ser perfectos y aceptados, etc. Además, realmente no es miedo a hablar, ya que hablamos todo el día, es miedo a ser el foco de atención, ser criticados, ser evaluados y... equivocarnos.
Ponte a pensar cómo hablas cuando estás tomando un café con tus amigos, todo fluye, te diviertes, revives tu historia y la comunicas con tonos de voz, con tu cara y con tu cuerpo, das detalles y te emociona despertar el interés en los demás. Pero si te piden que esa misma historia la cuentes de pie, frente a un grupo de personas que no conoces, todo cambia y es cuando se crea ese fantasma de "no se me da hablar en público".
La buena noticia es que este miedo "aprendido" se puede "desaprender".
Imagínate cómo te vas a sentir sin nervios, con aplomo y seguridad. Olvídate de ese mito antiguo que decía "sólo los tocados por los dioses manejan la oratoria". Ya nadie quiere escuchar a una persona rígida, con voz engolada, viendo a un punto en el infinito y hablando con términos domingueros que casi nadie entiende.
En el Curso La Palabra te vamos a proporcionar técnicas modernas y sencillas para manejar tu voz, tu cuerpo, tu mensaje y tus emociones.
Todos, independientemente de nuestra edad, profesión, experiencia o nivel educativo, podemos encontrar áreas de oportunidad para tener una comunicación poderosa y contundente, tan necesaria hoy y siempre para lograr nuestros objetivos.
¡Cambia tu forma de hablar y cambia tu vida!

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Demóstenes.

¡No es cierto!