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CURSO LA PALABRA

Optimista o pesimista.

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La mejor habilidad.

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Después de haberse dicho hace más de 2,000 años y ya en pleno Siglo XXI, lleno de avances tecnológicos y elementos audiovisuales de alta sofisticación, la capacidad para comunicar un idea de forma efectiva y contundente sigue prevaleciendo como la mejor arma de convencimiento. Aprende de forma divertida y práctica todas las técnicas para disfrutar los beneficios de una comunicación poderosa. ¡Aléjate ya de la pantalla y disfruta de la magia de aprender en vivo y en directo en un lugar maravilloso y seguro!  

¡Sal ya!

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  ¡Sal de tu área de confort! Desde 1989, Curso LA PALABRA El Arte de Hablar en Público Excelencia en Comunicación

No huyas...

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  " No huyas de un reto, al contrario corre hacia él, ya que la única forma de arrollarlo es aplastarlo con tus pies. " Nadia Comaneci ¡Sal de tu área de confort! Desde 1989, Curso LA PALABRA El Arte de Hablar en Público Excelencia en Comunicación

No te tomes tan en serio.

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  No te tomes tan en serio. Hay cosas que tenemos que tomarnos en serio, tales como nuestra salud, nuestra familia, nuestro trabajo etc., pero tú... ¿te tomas muy en serio? Tenemos que estar muy alertas para que esta enfermedad no nos vaya atrapando poco a poco, y al final sea el mayor obstáculo para lograr nuestras metas personales o profesionales, convirtiéndonos en seres rígidos y miedosos. Síntomas : - Tener obsesión por la perfección. - Nunca reírte de ti mismo. - Solamente querer hacer cosas cómodas, no salir de tu área de confort. - No tomar riesgos o intentar cosas nuevas. - Terror a equivocarse y cometer un error. - Miedo a la crítica o al rechazo. - Vivir pendiente de la opinión externa. - Juzgarte siempre de manera exigente y severa. - Convertirte en una persona soberbia y arrogante para ocultar tus debilidades. - Aislarte y no convivir con personas que no sean de tu pequeño círculo cercano. - Ser demasiado sensible o irritable. - Perder el sentido del humor. Desgraciadament

Lo bueno de lo peor.

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  ¿Eres de las personas que cuando van a hacer algo importante solamente imaginan el mejor escenario? La verdad es que si lo analizamos más profundamente, nos daremos cuenta que toda persona que es buena en algo no solamente piensa que va a suceder su sueño dorado, sino también que puede pasar su peor pesadilla. ¿Por qué? Si no contemplamos también el peor escenario, no vamos a anticipar estrategias para resolver algo que salga mal. El tener contemplada la peor pesadilla, pero aún así tener varias medidas y un plan para enfrentarla o solucionarla, nos da tranquilidad y seguridad para manejar bien cualquier situación. Imagínate que nadie pensara en lo peor que puede pasar, no habría salvavidas, paracaídas, extinguidores de fuego, ni saldríamos con sombrilla por si llueve. Un buen doctor en una operación debe tener todo el equipo necesario por si el paciente presenta un problema. Una persona que limpia vidrios debe llevar seguridad para no caer al vacío. Y tú... Vas a dar una plática o

¡Cállate!

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  ¡Cállate! ¿Por qué hablar en público sigue estando en los primeros lugares entre las cosas que nos dan más miedo e incomodidad? Es muy interesante tomar en cuenta lo siguiente: - No es miedo a hablar, es miedo a ser el foco de atención - No es un miedo natural - Es un miedo irracional y aprendido Entonces... si es un miedo aprendido y adquirido en algún momento de nuestra vida, te has preguntado quién te lo enseñó, cuándo empezó, qué lo detonó. Desde luego hay tantas respuestas como personas en el mundo, sin embargo hay una que es la más común: Desgraciadamente nos lo inculcaron en casa. Muchas veces los padres y madres por un exceso de exigencia o por una desmedida sobreprotección generan ciertos traumas durante la infancia. - Comparándonos con otros niños o hermanos - Exigiéndonos perfección por encima de todo - Evitando dejar a los niños desarrollarse y obligarlos a adquirir la personalidad de los padres - Dando siempre a entender que solamente la opinión o voz de los adultos es

Demóstenes.

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  Desde niño, Demóstenes soñaba con ser un gran orador. Un sueño casi imposible, ya que no tenía buena voz, era tímido y, lo peor, era tartamudo. Siempre asistía a los discursos de los grandes filósofos, incluyendo al gran Platón. Era tal su deseo y pasión por la oratoria que preparó con entusiasmo su primer discurso. La presentación fue un desastre total. Inmediatamente fue interrumpido con gritos de protesta. - ¡Habla más alto! - ¿Para que nos repites lo mismo? - ¡Pon aire en tus pulmones! No puedes ni apagar una vela. Ante las burlas, humillaciones, agresiones y carcajadas, Demóstenes se retiró sin tener oportunidad de terminar su discurso. Cualquier persona se hubiera frustrado y hubiera renunciado a su sueño. Sin embargo, Demóstenes sabía que la voluntad, tenacidad, paciencia y disciplina aseguran el éxito. En primer lugar, se afeitó la cabeza para no salir a la calle, en esa época esto era mal visto. Practicaba todo el día hasta el amanecer. Corría diariamente hasta la playa pa

Gracias, 34 años.

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  ¡Gracias, gracias, gracias! Cuando llega alguien a LA PALABRA y nos dice que su papá o su abuela le recomendó mucho tomar nuestro curso, nos "cae el veinte" que ya son tres generaciones las que han pasado por aquí. A las miles de personas y empresas que por 34 años nos han brindado su confianza... ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! Aquí seguimos con la misma ilusión, entusiasmo y amor del primer día. Nuestro objetivo ha sido y será siempre ofrecerte lo mejor de lo mejor y para ello nos esforzamos todos los días. ¡Este 2023, vamos con todo! Muchas gracias a todos ustedes: https://www.lapalabra.com.mx/php/clientes.php Desde 1989, Curso La Palabra El Arte de Hablar en Público Excelencia en Comunicación

Víctimas profesionales.

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  Víctimas profesionales. Alguna vez alguien dijo que las personas que se quejan y no hacen nada para remediar sus problemas, pierden el derecho a estarse quejando. - No me fue bien en la entrevista de trabajo. - No conseguí esa cita tan importante. - No pude entusiasmar a nadie con mi proyecto. - No logré que el cliente acabara de escuchar mi propuesta. - No pude expresar mis sentimientos. - No abrí la boca en toda la reunión. - No me atreví a invitar un café a esa persona que me gusta. - No convencí, no opiné, no alcé la voz, no capté la atención.... Cuántas personas cuando se comunican terminan con una sensación de frustración. A veces culpamos a los demás, a nuestra timidez, a nuestros padres, al maestro, al jefe que nos dijo que la presentación no fue buena, al trauma de cuando se me olvidó la recitación de la bandera en primaria, etc., etc. Pocas personas deciden ya no seguir culpando al universo, toman "al toro por los cuernos" y se deciden de una vez por todas a prep

Los miedos.

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  Los miedos... “Hay dos tipos de miedos: racionales e irracionales o en términos más simples, los miedos que tienen sentido y los que no.” Lemony Snicket Detente un momento y piensa en la gran diferencia entre los miedos racionales y los irracionales. Por ejemplo, si te da miedo hablar en público o ser el foco de atención, realmente no es un miedo racional, sino irracional. A estos miedos irracionales también los llamamos "miedos aprendidos" porque no son naturales y los aprendimos en algún momento de nuestra vida. Por otro lado, un miedo racional es sano y natural porque involucra el instinto de conservación. Por ejemplo, si veo que un animal salvaje viene a atacarme, es normal que sienta miedo. Esto es bueno porque va a generar una carga de adrenalina que me va a hacer correr mucho más rápido de lo normal. Mi coche se incendia y adentro se encuentra un familiar, mi fuerza se va a potenciar y probablemente voy a poder abrir una puerta atascada. Sin embargo, hablar en pú

¡Peligro!

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Desde cuando sabes que mejorar tu comunicación, hablar de manera efectiva y cautivadora te va a ayudar a lograr muchísimas metas y objetivos a nivel profesional y personal. Sin embargo, siempre por alguna razón, no te decides. ¿Por qué? No hay excusa para no prepararte y aprender técnicas sencillas y maravillosas que van a tener un impacto positivo e inmediato en tu forma de hablar y comunicarte. Disfruta del inmenso poder de manejar las Cuatro Vías de Comunicación: - VÍA ORAL. Tu voz - VÍA VISUAL. Tu lenguaje corporal. - VÍA VERBAL. Tu mensaje - VÍA ENERGÍA. Tus emociones Pierde la pena, elimina tus nervios, disfruta ser el foco de atención. Ven, aprende y practica de forma divertida y segura. ¡Cambia tu forma de hablar y cambia tu vida

Estoy en piyama.

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  ¡Estoy en piyama! Hay una gran preocupación a nivel mundial por la creciente falta de convivencia humana, lo que representa la pérdida de la inteligencia intuitiva, la empatía, la capacidad de sentir y percibir. Es sorprendente que con la pandemia y el famoso, sin duda a veces muy conveniente, "home office" hemos perdido gran parte del contacto directo con los demás. Ahora, hasta tienes que pedir permiso para llamar por teléfono a alguien. Hay que mandar un whatsapp preguntando "¿Te puedo llamar? Muchas personas no querrán que les llames y te contestan "Mejor si puedes, mándame un correo o un whats." Esto hace que cada vez menos analicemos el tono de voz de una persona para saber su estado de ánimo, que tan segura está de lo que dice, su personalidad, etc. Increíble que en horas de trabajo, en una junta por Zoom, hay personas que no quieren prender la cámara porque "no me peiné", "estoy en piyama". Si lo pensamos fríamente, esto es una to

¡Desátate!

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¡No es cierto!

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  ¡No es cierto! Una de las frases más repetidas alrededor del mundo es: "Me da miedo hablar en público". Incluso se considera uno de los principales miedos del ser humano. Sin embargo, si analizamos fríamente esta idea, descubriremos que no es del todo cierta. En primer lugar, todo el tiempo y desde niños hablamos en público. Es algo normal y cotidiano. Público es una o mil personas. El problema real no es hablar, lo que pasa es que todo cambia cuando nos sentimos el foco de atención y el centro de las miradas. Por ejemplo, puedes estar conviviendo en una comida con varias personas, platicando con todos (hablando en público) sin gran problema, pero... cuando te piden que te pongas de pie y digas unas palabras, todo se complica. ¿Por qué? Son las mismas personas, el mismo lugar y quizá el mismo tema del que estabas hablando con ellas. Esta incomodidad, pena o miedo que sentimos cuando somos el foco de atención, no solamente se manifiesta cuando hablamos. Se transforma p

El futuro...

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El ingenio.

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En muchas ocasiones cuando las personas se sienten ofendidas, agredidas, intimidadas con alguna pregunta incómoda, un comentario hiriente o agresivo, la reacción más común es enojarse, perder los estribos o quedarse sin palabras, impotentes y sintiendo una gran frustración. Al final, si reaccionamos así, la persona que nos agredió logró su objetivo. Sin embargo, en estas ocasiones es cuando más debemos utilizar fríamente nuestra inteligencia y responder con sentido del humor y mucho ingenio, haciendo que la agresión se le regrese a quién quiso agredirnos. Hay personas que nos han dado ejemplos inolvidables de esta habilidad: Cuando Mahatma Gandhi estudiaba Derecho en Londres, un profesor de apellido Peters le tenía mala voluntad, pero el alumno Gandhi nunca le bajó la cabeza y eran muy comunes sus encuentros. Un día Peters estaba almorzando en el comedor de la Universidad y Gandhi venía con su bandeja y se sentó a su lado. El profesor muy altanero, le dice: "Estudiante Gandhi, ¡u

Los errores más comunes.

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  Hay errores que cometemos al comunicarnos que se van acumulando, los seguimos cometiendo y no sabemos cómo remediarlos. Estos son los vicios más comunes al hablar en público, ya sea ante una o mil personas. Se aplica igual si lo haces de manera virtual o presencial. - Pensar que los nervios de los primeros minutos van a seguir igual o van a aumentar. - Iniciar con frases "impactantes" complicadas y lejanas a tu público. - Romper el hielo de manera inadecuada, no siempre un chiste o broma funcionan. - Pedir que nos presenten con frases pomposas como "fulanito nos va a dar una plática magistral". Realmente los únicos que pueden calificar de magistral a una persona son el público y al final. - Hablar con una voz débil y temblorosa. - Arrastrar las palabras, no pronunciar bien y no abrir la boca al hablar. - Utilizar una voz plana sin tonos y matices. - Llenar los silencios con muletillas como "eeeee, este" y cerrar las frases siempre preguntando, ¿no, si, m