Un mensaje se debe ESCUCHAR, VER, ENTENDER Y SENTIR.

 

Cuántas empresas tienen un gran producto, un equipo que se esfuerza en dar un buen servicio, gente preparada y con gran conocimiento técnico del producto... pero todo se viene abajo la hora de cerrar una venta, hacer una presentación de impacto o al tratar de comunicarse de manera efectiva con su equipo.
Muchas veces nos llenamos de cursos y libros técnicos, pero no nos preocupamos de adquirir las herramientas que permitan transmitirlos y sacarles el máximo provecho.
Cuántas ideas maravillosas no se han podido presentar de una forma atractiva y no han entusiasmado a ningún público.
Son incontables las ocasiones en que el hablar bien es determinante para lograr el éxito profesional y personal.
Alguien podría dar un mensaje importante y dormirnos.
Utilizar una voz plana, sin potencia, con infinidad de muletillas, entre dientes, sin tonos ni matices.
Manejar su cuerpo de forma robótica, errática y sin control.
Hablar sin pasión, de forma fría, impersonal y sin transmitir ninguna emoción.
Dar un mensaje sin orden, confuso, sin imaginación, ceremonioso y rígido sin ingenio o sentido del humor.
Dejarse llevar por el pánico escénico y no disfrutar su mensaje, creando un ambiente tenso y de "pena ajena".
Hablar es fácil, comunicar y cautivar requiere que un mensaje SE ESCUCHE, SE VEA, SE ENTIENDA Y SE SIENTA.
Domina las CUATRO VÍAS DE COMUNICACIÓN.
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