Volveremos a ser los mismos.


 ¿VOLVEREMOS A SER LOS MISMOS?

¿Te has puesto a pensar si después de la pandemia volverá
a ser todo como antes?
La verdad es que hay muchas opiniones al respecto.
Sin embargo, ya que los humanos somos seres sociales y
gregarios, todo apunta a que poco a poco todo volverá a ser prácticamente igual.
Seguramente habrá algunos cambios que llegaron para
quedarse, como hacer más "home office​"​,​ ​cuidar más nuestra higiene, usar frecuentemente cubrebocas y apreciar más a la familia y amigos.
Por nuestra naturaleza social, volveremos a buscar la convivencia
en vivo y en directo. Nos iremos alejando del Zoom poco a poco,
ya que aunque es muy útil en estos tiempos, no sería sano ni
humano vivir y relacionarnos siempre sentados frente a la pantalla.​ ​Será un elemento que seguiremos usando, pero no abusando.​
Sabemos que el "home office" tiene sus ventajas bien conocidas,
tales como comodidad, horario flexible, ahorro en tiempos de
traslado, etc., pero el concepto de la ir a trabajar a la oficina no desaparecerá​ totalmente​ jamás, ya que por nuestra naturaleza, vanidad y
deseo de demostrar nuestro poder y jerarquía tendremos que
diferenciar siempre la casa del trabajo.
Algunas de las desventajas de abusar del trabajo en casa son:
- Dificultad para mantener un espíritu y trabajo de equipo que
se logra a través de la energía, el ambiente y el contacto directo
difícil de lograr en línea.​ ​Momentos como la plática en
el pasillo, compartir experiencias personales, bromear, etc.,
logran una relación más humana y cercana que las juntas
por Zoom impersonales y que van directo al grano.
​-​El sentido de pertenencia a una empresa. Llegar a la oficina,
ver la marca, relacionarte con personas de otras áreas, tener tu
espacio laboral y contar con todas las facilidades que te ofrece
una empresa para hacer tu trabajo son imposibles de lograr.
Hasta por salud mental tenemos que tener entornos acordes a
las diferentes actividades que realizamos.
- Las distracciones y la falta de concentración debido al entorno
hogareño. El estar en pants, pijama, con tus mascotas e hijos,
comiendo en exceso, sin ejercicio, sol, aire y costumbres y
horarios extraños ("Me acosté tardísimo viendo una serie"),
hacen que el cerebro no se conecte y funcione como cuando
est​á​​s ​en tu oficina 100% concentrado en el trabajo.
- No desconectarse de la chamba te hace menos creativo
y productivo. En casa la chamba está ahí siempre y muchas
veces hay personas que no respetan ​los​ horarios.
- Acostumbrarse a la peligrosa área de confort. Esas maripositas
en el estómago al hacer una presentación, sentir las miradas,
visitar al cliente difícil, tener la habilidad de sobrellevar una
conversación con esa persona que me impone, ir a la entrevista
de trabajo, etc., hacen que el cerebro genere sustancias como
adrenalina, testosterona, etc. Acostumbrarnos a lo cómodo
y conocido hace que nos cueste más trabajo enfrentar
situaciones límite.
Sí, hasta el simple hecho de cumplir un horario y pelear con
el tráfico puede parecer desagradable, pero nos mantiene
entrenados para no caer el la excesiva comodidad y falta de
pequeños desafíos diarios. ​Lo dicen los expertos.​
- Problemas de salud por la falta de movilidad. No es lo mismo
levantarte temprano, bañarte, irte a la oficina, caminar, estar
activo gran parte del día a estar sentado con acceso al
refri en todo momento.
Por otro lado, es importante mantener esa costumbre de cuidar
y tratar de mejorar nuestra imagen personal. El ser humano es
vanidoso también por naturaleza. El comprar zapatos​ para esa reunión​,​ ponerme el traje con el que me siento poderoso, ese vestido para​ ​la ​convención​, presumir mi nuevo reloj en la junta o simplemente
el anhelo de ocupar la oficina del jefe son cosas que motivan
casi a todos.
Pero... el problema real que se ve venir en poco tiempo,
y que muchas empresas temen, es la pérdida y oxidación de
las famosas "soft skills", tales como comunicación interpersonal
efectiva, trabajo en equipo, habilidades sociales, liderazgo, etc.
En el futuro cercano, se buscará y se apreciará más a la persona
que tenga la habilidad de convencer a un cliente, que no tema
ver a los ojos, que sepa hablar bien ante cualquier público y
no se sienta fuera de su área de confort cuando tiene que
tomar la palabra.
La falta de convivencia y el relacionarse mayormente a través
de la computadora hace que vayamos perdiendo poco a poco
nuestras habilidades de comunicación. Ya no nos gusta tanto
ser el foco de atención y quizá ya no hablamos de manera fluida,
ya no sabemos qué hacer con las manos y nos es difícil conectar
y transmitir emociones.
No nos engañemos, esto va a pasar​.​ ​C​omo siempre​,​ ​y ​se puede
comprobar a través de la historia, aquellos que se comuniquen
de manera poderosa y efectiva serán los que se salgan con la suya.
Por todo esto, es imprescindible seguir preparándonos para
no perder, conservar y mejorar la capacidad de relacionarnos
cara a cara, saber leer un gesto, una expresión, sentir la "vibra"
de los demás, saber interpretar y transmitir emociones a través
del tono de voz, lograr romper el hielo, cambiar una atmósfera y emocionar a una o varias personas. ​ ​Esto también es importantísimo incluso frente a una pantalla.
Nos preocupamos por ser expertos en tecnología y a veces
se nos olvida ser expertos en relaciones personales.
Sacarle una sonrisa a un cliente, cerrar ese negocio,
entusiasmar por una propuesta, idea o proyecto, manejar bien
una entrevista de trabajo e infinidad de situaciones qu​e​ requieren del trato directo.
Una vez que esto pase tendremos que regresar a la convivencia
con clientes, compañeros de trabajo, amigos y familiares.
Adquirir herramientas que nos hagan sentir seguros y poderosos
siempre será una ventaja enorme en cualquier tipo de situación.
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