Empezar de cero.


 ¡Empezar de cero!

En el amor el romanticismo casi siempre es positivo. En los negocios muchas veces es nefasto.
A pesar de que ciertas cualidades como la perseverancia, idealismo, constancia y fidelidad son indispensables para el triunfo, hay que aceptar que todo en exceso es malo... hasta lo muy bueno.
Existe un momento en que la perseverancia se convierte en necedad, la fidelidad en ceguera, la constancia en rutina y el idealismo en la cruda realidad.
Célebres palabras de algunos románticos:
- La empresa ya no se levanta, estamos perdiendo, pero es la empresa familiar, no podemos cerrar.
- En el pasado este producto nos dio mucho dinero, la mala racha va a pasar.
- Hemos perdido muchos clientes, pero van a regresar, fuimos sus primeros proveedores, nos deben fidelidad.
- Nuestro producto ya no puede competir con la nueva tecnología, pero podemos bajar más el precio.
- Me voy a retirar, pero mi hijo sabrá mantener el negocio a flote. Es un buen muchacho y ya aprenderá.
- Siempre soñé con un negocio así, no puedo estar equivocado y ya invertí todo mi dinero.
- Siendo de la familia, nunca pensé que mis socios me iban a transar.
- Cómo voy a renunciar, toda mi vida he trabajado para esta empresa.
- Tengo la oportunidad de un nuevo empleo, pero tengo miedo, por lo menos de aquí nunca me van a correr.
- Mi relación es tóxica, pero va a mejorar, mis hijos y mi familia van a apreciar mi sacrificio.
En un mundo cambiante y dinámico debemos estar preparados para el cambio.
Quizá el negocio, el trabajo o esa relación que nos proporcionó tantas satisfacciones ya dio todo lo que tenía que dar.
Puede ser ya el momento de un cambio de giro, de producto, de imágen, de empleo, de entorno o de pareja.
Igual que el deportista que no se retira a tiempo, el jugador que gana y al final pierde todo, hay que saber abandonar el barco cuando el naufragio es inminente.
Un "empezar de cero" no significa un fracaso, es meramente una vivencia más, un ingrediente invaluable para adquirir ese colmillo, esas tablas, esa experiencia y resiliencia.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Demóstenes.

¡No es cierto!