¿Qué digo?


 ¿Qué digo?

Seguro a ti, como a todos, te ha pasado que de repente te quedas en blanco, se te acaba la cuerda, se te agotan las ideas, repites lo mismo y nada más le das vueltas, se te borra la palabra, se te olvida la cifra, los minutos parecen horas no se te ocurre cómo explicar y expresar tu idea más claramente y sobre todo de manera interesante que mantenga a la gente cautivada y atrapada.
Sin embargo, esto difícilmente pasa cuando te sientes en confianza, no sientes presión o nervios. Muchísimas veces fluyes de maravilla, te conectas y disfrutas tu plática.
Hemos escuchado tantas veces que no es tan importante lo que digo, sino cómo lo digo. Esto es verdad, los tonos y matices, las emociones que le imprimimos a las palabras son indispensables para que la gente sienta lo que decimos, pero el punto de partida es que debe haber palabras, un mensaje, el famoso "¿QUÉ DIGO?"
Hay personas que aunque sean expertas en un tema, tengan el conocimiento o cuenten una anécdota "hablan como telegrama", dicen dos o tres cosas y piensan que ya lo explicaron, parece que les cuesta hablar y les sacamos las palabras a la fuerza.
Hay otras personas que aunque no sepan tanto hablan tan bonito y explican lo poco o mucho que saben tan bien que te dejan mucho más que los que sí saben, pero no le sacan provecho a sus conocimientos.
¿Quieres lucirte, sacarle provecho a lo poco o mucho que sabes, mantener interesado a tu público, transmitir exactamente lo que quieres y quedar con buen sabor de boca?
Hay técnicas y herramientas que desarrollan la capacidad narrativa, te ayudan a estructurar o improvisar, te dan agilidad mental para que nunca más te llegue ese temido bloqueo que solamente causa angustia y frustración.
Así como hay libros que nos atrapan y no los quieres soltar, así tenemos que mantener a los demás metidos en nuestro mensaje, despertando su imaginación, sus emociones, deslumbrados y encantados de escucharnos.
Que nunca se nos olvide que las palabras son la única herramienta que tenemos para entretener, divertir, transmitir emociones, despertar la imaginación y sacarle provecho a nuestros conocimientos, nuestras ideas, experiencias y vivencias.
Además, las palabras son la base para complementarlas con la voz, el cuerpo y las emociones.
Disfruta esa sensación de poder cuando hablas y das en el blanco.
¡Cambia tu forma de hablar y cambia tu vida!

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