¿Qué pasó?



El pasado 27 de febrero se cumplieron dos años del primer caso de Covid en México.
Todos pensamos que iba a ser cosa de unas semanas o meses, nadie se imaginó que el mundo iba a cambiar para siempre.
¿Y tú, cómo cambiaste?
Todos experimentamos cambios drásticos en nuestra vida personal y profesional. Sin duda, descubrimos en nosotros debilidades y fortalezas. Todos vivimos diferente esta pandemia, a algunos les trajo beneficios, a otros perjuicios y seguramente a muchos tragedias y pérdidas irreparables.
Platicando con diferentes personas vemos los dos extremos.
- Muchas parejas se divorciaron por no soportar una convivencia tan extrema. Otras lograron conocerse más, acercarse, convivir y compartir como hace mucho no lo hacían y reforzar su matrimonio o unión.
- Muchos se sentaron frente a la pantalla demasiadas horas y descuidaron su alimentación al tener todo el día el refrigerador al alcance de la mano. Otros aprovecharon el tiempo ahorrado en transporte y dedicaron más horas al ejercicio y aprovecharon el comer en casa para prepararse alimentos saludables.
- Muchos se hicieron adictos al celular, a las series de TV, al Candy Crush o a los chismes de la farándula. Otros aprovecharon para estudiar en línea o leer libros que les ayudaron a profundizar en su área de trabajo, mejorar su estado mental o simplemente gozar de una buena novela.
- Muchos compraron y compraron cosas que no necesitaban por Internet para sentir el placer del "shopping". Otros aprovecharon para hacer "talacha", deshacerse de muchas cosas y comprobaron que necesitamos mucho menos de lo que tenemos, además que ahorraron como nunca antes.
En lo que todos están de acuerdo es que perdieron mucho sus habilidades sociales y de comunicación, estacionados en su área de confort sin tener que enfrentar cara a cara a un cliente difícil, una presentación o una entrevista de trabajo en vivo y en directo.
Afortunadamente, estamos poco a poco volviendo a la normalidad y tendremos nuevamente que hablar, negociar, convencer y comunicarnos cada día más lejos ya de la abusada pantalla.
Volver a vivir la intensidad de un curso presencial es una de las experiencias que sin duda más se extrañan. La convivencia, el compartir objetivos y vivencias hace que estos cursos se disfruten y aprovechen al máximo.
Revive y refuerza tus habilidades sociales y de comunicación. Disfruta, diviértete y aprende.

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